miércoles, 2 de abril de 2014

Día Internacional del Libro infantil

¿Por qué esa fecha y no otra? Esa es una fecha un tanto especial, pues coincide con la fecha de nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen.
De origen muy humilde, desde pequeño dio muestras de albergar una imaginación prodigiosa. Tocó casi todos los palos en la escritura: poesías, relatos y crónicas de sus viajes, que era una de sus pasiones (en uno de ellos, por cierto, visitó nuestro país), obras de teatro, novelas e incluso se atrevió con la ópera. Pero si por algo se le reconoce y recuerda es por sus cuentos de hadas, que le han dado fama mundial.

Y es que la infancia es un momento singular en el que multitud de emociones y vivencias se nos quedan grabadas, pasando a ser base y pilares de nuestra vida adulta. Recuerdos, aprendizaje, experiencia… Todo ello sirve de cimientos para nuestro desarrollo como personas.
La literatura y los libros juegan un papel destacado durante toda nuestra vida, pero más durante esos años. Por eso decíamos que la fecha del nacimiento de H.C. Anderson era un tanto especial: nuestra infancia, sin excepción, está ligada a los cuentos. Y qué mejor representante de esa etapa que el danés que creó personajes e historias que dejan huella en el imaginario colectivo y que se transmiten de generación en generación, despertando la fantasía, haciéndonos vivir situaciones que jamás nos imaginaríamos y disfrutar con l
as aventuras o los enredos planteados.
Por otra parte, si de algo estamos convencidos es que una buena historia marida a las mil maravillas con una buena ilustración. Y es que no solo las letras pueblan los libros infantiles, sino también las ilustraciones, que aportan otro punto de vista, abriendo una nueva vía por la que la fantasía también encuentra su válvula de escape.
Cada 2 de abril, además, se distingue a un escritor y a un ilustrador con el Premio Hans Christian Andersen por su aportación realizada en el mundo de la literatura infantil.

Os dejamos con el manifiesto de este año, que corre a cargo de la autora, editora,  traductora y ganadora del Premio na nÓg Siobhán Parkinson (Irlanda, 1954) y con una selección de títulos para los más pequeños.
¿Por qué esa fecha y no otra? Esa es una fecha un tanto especial, pues coincide con la fecha de nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen.
De origen muy humilde, desde pequeño dio muestras de albergar una imaginación prodigiosa. Tocó casi todos los palos en la escritura: poesías, relatos y crónicas de sus viajes, que era una de sus pasiones (en uno de ellos, por cierto, visitó nuestro país), obras de teatro, novelas e incluso se atrevió con la ópera. Pero si por algo se le reconoce y recuerda es por sus cuentos de hadas, que le han dado fama mundial.

Y es que la infancia es un momento singular en el que multitud de emociones y vivencias se nos quedan grabadas, pasando a ser base y pilares de nuestra vida adulta. Recuerdos, aprendizaje, experiencia… Todo ello sirve de cimientos para nuestro desarrollo como personas.
La literatura y los libros juegan un papel destacado durante toda nuestra vida, pero más durante esos años. Por eso decíamos que la fecha del nacimiento de H.C. Anderson era un tanto especial: nuestra infancia, sin excepción, está ligada a los cuentos. Y qué mejor representante de esa etapa que el danés que creó personajes e historias que dejan huella en el imaginario colectivo y que se transmiten de generación en generación, despertando la fantasía, haciéndonos vivir situaciones que jamás nos imaginaríamos y disfrutar con las aventuras o los enredos planteados.
Por otra parte, si de algo estamos convencidos es que una buena historia marida a las mil maravillas con una buena ilustración. Y es que no solo las letras pueblan los libros infantiles, sino también las ilustraciones, que aportan otro punto de vista, abriendo una nueva vía por la que la fantasía también encuentra su válvula de escape.
Cada 2 de abril, además, se distingue a un escritor y a un ilustrador con el Premio Hans Christian Andersen por su aportación realizada en el mundo de la literatura infantil.

Os dejamos con el manifiesto de este año, que corre a cargo de la autora, editora,  traductora y ganadora del Premio na nÓg Siobhán Parkinson (Irlanda, 1954) y con una selección de títulos para los más pequeños.

Carta a los niños del Mundo

Los lectores a menudo le preguntan a los escritores cómo escriben sus historias - ¿de dónde salen las ideas? Provienen de mi imaginación, contesta el escritor. Ah, claro, suele contestar el lector. Pero, ¿dónde está tu imaginación, de qué está hecha y es cierto que todo el mundo tiene una?
Bueno, responde el escritor, está en mi cabeza, por supuesto, y está compuesta de imágenes y palabras y recuerdos y rastros de otras historias y palabras y fragmentos de cosas y melodías y pensamientos y rostros y monstruos y formas y palabras y movimientos y palabras y olas y arabescos y paisajes y palabras y perfumes y sentimientos y colores y rimas y pequeños chasquidos y silbidos y sabores y explosiones de energía y acertijos y brisas y palabras. Todo ello girando ahí dentro y cantando y comportándose como un caleidoscopio y flotando y sentándose y pensando y rascándose la cabeza.
Por supuesto que todo el mundo tiene imaginación: sin ella, no seríamos capaces de soñar. No obstante, no toda imaginación tiene las mismas cosas dentro de ella. Probablemente, la imaginación de los cocineros contenga en su mayoría sabores, de la misma manera que la imaginación de los artistas contendrá sobre todo colores y formas. La imaginación de los escritores está principalmente llena de palabras.
Para los lectores y oyentes de historias, sus imaginaciones también se nutren de palabras. La imaginación de un escritor trabaja y da vueltas y da forma a las ideas, a los sonidos, a las voces, a los personajes y a los acontecimientos hasta convertirlos en una historia; esta historia no está compuesta de otra cosa que no sean palabras, batallones de garabatos desfilando por las páginas. Entonces ocurre que, de pronto, llega un lector y esos garabatos cobran vida. Siguen estando en la página, siguen pareciendo garabatos pero también están retozando en la imaginación del lector, y éste da forma e hila las palabras para que la historia ahora tenga lugar en su cabeza, como tuvo lugar en la cabeza del escritor.
Este es el motivo por el cual el lector es tan importante para una historia como lo es el escritor. Solo hay un escritor para cada de ellas, pero hay cientos o miles o incluso a veces millones de lectores de historias, que leen en el mismo idioma que el del escritor o que quizás hasta lean traducciones en muchos otros idiomas diferentes. Sin el escritor, no nace el cuento; sin todos los miles de lectores alrededor del mundo, el cuento no llegará nunca a vivir todas las vidas que puede vivir.
Todo lector de una historia tiene algo en común con los otros lectores de esa misma historia. Separadamente, aunque también de alguna manera juntos, ellos han recreado la historia en su propia imaginación: una acción que es tanto privada como pública, individual como común, íntima como internacional.
Es posiblemente lo que los humanos hacen mejor.
¡Seguid leyendo!

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